domingo, enero 20, 2008

conversación "privada"

el otro día estaba currando en un cyber (que no se enteren en la Seguridad social que voy al trullo directamente :) ) y tienen locutorios.
Había un tío de unos 35 años, bien parecido, alto, fuerte, con algunas canas, vamos de los que ve una tía por la calle y se le queda mirando seguro y posiblemente algún tío también se le quedaría mirando.
Se puso a hablar y entre que no hablaba precisamente bajito y que en el locutorio se oia todo, pues me puse a oir la conversación. Estaba hablando con una tal Ana, supongo que Sudamericana, porque en un momento de la conversación le dijo que le estaba costando muchos dinero en pesos la llamada.
La conversación iba sobre que él estaba enamorado hasta las trancas de ella, pero al parecer ella era un poco golfilla. El tío no hacía mas que recordarle que la quería mucho y que había hecho muchas cosas por ella, incluso dejar de lado a su familia.
La conversación que mas me llamó la atención fue cuando hablaban de nochevieja y que ella se puso a bailar con otros tíos, por lo que pude deducir de la conversación ella le decía que estaba bailando salsa y merengue y por eso se arrimaba tanto a aquellos tíos. El "novio" ( no sé si eran novios o q) le decía que aquellos tios lo menos que querían eran bailar y que lo que buscaban era magrearse y follarsela después, aún así no dejaba de pedirle que volvieran juntos.
Al cabo de unos minutos el tío se quedó sin pasta y dejó la llamada no sin antes gritarle. Se fué y al cabo de una hora volvió a llamarla ... y de nuevo que la quería mucho, que no había nada que no se pudiera solucionar, que sólo le pedía un poco de cariño ... y fué realmente entonces cuando me di cuenta de lo gilipollas que podemos ser las personas y como podemos perder toda la dignidad y orgullo si hay amor de por medio.
Conforme iba oyendo al tío, mas ganas me daban de levantarme , ir a su sitio y decirle que era un gilipollas perdido y que estaba haciendo el ridículo mas grande de su vida. Que esa tía jamás lo iba a querer como el la quería y que se olvidara de ella. Evidentemente no le dije nada , primero porque me hubiera llevado ostias hasta en el carnet de identidad y segundo porque seguro que yo he sido a veces mas gilipollas que ese tío a veces. Lo fácil que vemos las cosas en las personas ajenas y lo que nos cuesta verlas en nuestra vida. Esa es la moraleja que saqué de esa conversación.

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