jueves, octubre 19, 2006

Nube negra



Hay una canción del maestro Sabina, en la cual nos habla de una "nube negra", en la que estuvo metido.
Una nube negra de la que no podía salir.
De vez en cuando todos creo que tenemos nuestra nube negra particular.
Unos salen de ella , contandosela a sus amigos, otros se las guardan para ellos y otros tienen que ir a un especialista para poder salir de ella.
Esa nube negra que en mi caso siempre está acechando, siempre está revoleteando y que es muy dificil alejarla por mucho tiempo. Estas nubes negras mías normalmente vienen acompañadas de unos demonios interiores, que dieron lugar al nombre de este blog.



No sé porque extraña razón algunas personas nos sentimos mas fuertes con esa sensación de deshasosiego, nos sentimos con la necesidad de tener una nube negra encima.
Cada vez que tengo un momento negro, tengo la necesidad de leer un libro triste, de ver una película de sufrimiento, de escuchar alguna letra de las que hacen llorar o de dar un paseo por la playa sólo y pensando en mis demonios.


La letra de esta maravilla de canción es la siguiente:

Cuando busco el verano en un sueño vacío,
cuando te quema el frío si me coges la mano,
cuando la luz cansada tiene sombras de ayer,
cuando el amanecer es otra noche helada,

cuando juego mi muerte al verso que no escribo,
cuando sólo recibo noticias de la muerte,
cuando corta la espada de lo que ya no existe,
cuando deshojo el triste racimo de la nada.

Sólo puedo pedirte que me esperes
al otro lado de la nube negra,
allá donde no quedan mercaderes
que venden soledades de ginebra.

Al otro lado de los pagones,
al otro lado de la luna en quiebra,
allá donde se escriben las canciones
con humo blanco de la nube negra.

Cuando siento piedad por sentir lo que siento,
cuando no sopla el viento en ninguna ciudad,
cuando ya no se ama ni lo que se celebra,
cuando la nube negra se acomoda en mi cama,

cuando despierto y voto por el miedo de hoy,
cuando soy lo que soy en un espejo roto,
cuando cierro la casa porque me siento herido,
cuando es tiempo perdido preguntarme qué pasa.

Sólo puedo pedirte que me esperes
al otro lado de la nube negra,
allá donde no quedan mercaderes
que venden soledades de ginebra.

Al otro lado de los pagones,
al otro lado de la luna en quiebra,
allá donde se escriben las canciones
con humo blanco de la nube negra.

No hay comentarios: